Por primera vez en cuatro años y 13 Grand Slams después no estaban en la final ni Federer, ni Nadal ni Djokovic, pero el partido por el título del US Open, que arrancó en perfil bajo, no defraudó porque terminó por todo lo alto con una remontada histórica y espectacular de Dominic Thiem (27 años).
El austriaco, que había perdido dos ocasiones en Roland Garros y una en Australia, levantó a la cuarta su primer gran trofeo después de superar en 4h:01 a un bravo Alexander Zverec (23) este domingo. El alemán sufrió en sus carnes lo que él le había hecho en semifinales a Pablo Carreño: ganó los dos primeros sets con claridad y sin embargo cayó por 2-6, 4-6, 6-4, 6 -3 y 7-6 (6). Nadie remontaba un 0-2 en una final de este evento desde Gonzales a Schroeder en 1949.
Thiem es el primer campeón inédito de un major desde Marin Cilic en el torneo neoyorquino de 2014 y el primero ajeno al Big Three desde Wawrinka en 2016, también en Flushing Meadows. Además, es el segundo jugador de su país que triunfa en un Slam después de Muster (Roland Garros 1995).
El primer set lo ganó Zverev en 31 minutos, con un despliegue maravilloso y un gran servicio que le permitió perder un solo punto con primeros saques en ese parcial (12/13 con cuatro aces). Las sensaciones de Thiem fueron malísimas. El cañón de su drive no funcionó y sus tiros se quedaban con mucha frecuencia a mitad de pista. No falló mucho porque casi no hubo intercambios largos.
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